4 de octubre de 2013
EL BRONCO, CAMPANILLO RONCO
17:23 |
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Existe la creencia de que
en la antigüedad, todas las tierras en las que se escuchaba el sonido de una
determinada campana. pertenecían a
un mismo municipio. Además se utilizaban para dar la alarma, reclamar ayuda,
etc., lo que resalta la importancia que éstas,
tuvieron antaño en la provincia de Cáceres.
Se trascribe parte de lo
que sobre el tema, escribió D. José María Moreno en la Revista Folklore en 1988.
«« Riolobos ha tenío campanario con campanas de siempre, unas campanas que llegaban lejos, que las que tenemos ahora son más chicas. Holguera no tenía ni campana, ni iglesia ni na, asín que to lo suyo era de nosotros y de Torrejoncillo. Despué puson una campana, la tocaron y tuvimos que repartir, de manera que nos quitaron un cacho a cada uno.» . En la Alta Extremadura sigue empleándose el término «socampana de...» como sinónimo de territorio de un municipio.
A principios de los años sesenta los últimos habitantes de Granadilla fueron obligados a abandonar el pueblo. Las aguas del embalse del Molinillo, hoy Gabriel y Galán, alcanzaban su cota máxima, sin que ello significara la inmersión del casco urbano y de gran parte de las tierras de cultivo y último que hicieron para vencer la resistencia pasiva de unos pocos vecinos, fue quitar la campana del campanario y dejarla tirada sobre el tejado, lo cual terminó por desanimar aquella pobre gente, como se deduce de las palabras de un viejo vecino de Granadilla:
«Lo primerito que jizon cuando mos echaron..., tumbar la campana. Cuando jacen un pueblo ponen antes de to la campana, pa decir que ya hay pueblo.
En Alagón (donde fueron trasladados los habitantes de Granadilla) construyeron el campanario y las campanas estaban antes que las casas. Se nota que de siempre jacen asina. Dende siempre, dende antiguo lo han jecho. Al quitar un pueblo... ¡juera campanas! Si las campanas no hablan, que me digan a mí qué van a hablar las gentes. Aquí quitaron las campanas y ¡hala!, y mos quitaron el pueblo, las tierras y to.
Si no hay campanas no hay na». Los pueblos vecinos a Serradilla motejan a este lugar de mísero, empleando para ello el símil de ausencia de tañidos y de pobreza, como manifiestan los siguientes versos:
“Serradilla la pobre,
campanas rotas;
a buen entendedor
palabras pocas”.
La misma relación conceptual se aprecia en las referencias a un anejo de Santa Cruz de la Cebolla, hoy de Paniagua: «El Bronco, campanillo ronco.» Por campanillo conocen en aquella comarca a la esquila de la espadaña. «Un campanillo y encima no suele ni sonar...y asín le luce el pelo, porque viven como las cigüeñas de la iglesia. Con na se mantienen»
«« Riolobos ha tenío campanario con campanas de siempre, unas campanas que llegaban lejos, que las que tenemos ahora son más chicas. Holguera no tenía ni campana, ni iglesia ni na, asín que to lo suyo era de nosotros y de Torrejoncillo. Despué puson una campana, la tocaron y tuvimos que repartir, de manera que nos quitaron un cacho a cada uno.» . En la Alta Extremadura sigue empleándose el término «socampana de...» como sinónimo de territorio de un municipio.
A principios de los años sesenta los últimos habitantes de Granadilla fueron obligados a abandonar el pueblo. Las aguas del embalse del Molinillo, hoy Gabriel y Galán, alcanzaban su cota máxima, sin que ello significara la inmersión del casco urbano y de gran parte de las tierras de cultivo y último que hicieron para vencer la resistencia pasiva de unos pocos vecinos, fue quitar la campana del campanario y dejarla tirada sobre el tejado, lo cual terminó por desanimar aquella pobre gente, como se deduce de las palabras de un viejo vecino de Granadilla:
«Lo primerito que jizon cuando mos echaron..., tumbar la campana. Cuando jacen un pueblo ponen antes de to la campana, pa decir que ya hay pueblo.
En Alagón (donde fueron trasladados los habitantes de Granadilla) construyeron el campanario y las campanas estaban antes que las casas. Se nota que de siempre jacen asina. Dende siempre, dende antiguo lo han jecho. Al quitar un pueblo... ¡juera campanas! Si las campanas no hablan, que me digan a mí qué van a hablar las gentes. Aquí quitaron las campanas y ¡hala!, y mos quitaron el pueblo, las tierras y to.
Si no hay campanas no hay na». Los pueblos vecinos a Serradilla motejan a este lugar de mísero, empleando para ello el símil de ausencia de tañidos y de pobreza, como manifiestan los siguientes versos:
“Serradilla la pobre,
campanas rotas;
a buen entendedor
palabras pocas”.
La misma relación conceptual se aprecia en las referencias a un anejo de Santa Cruz de la Cebolla, hoy de Paniagua: «El Bronco, campanillo ronco.» Por campanillo conocen en aquella comarca a la esquila de la espadaña. «Un campanillo y encima no suele ni sonar...y asín le luce el pelo, porque viven como las cigüeñas de la iglesia. Con na se mantienen»
De lo anterior se deduce que el principio el bronco, lugar con pocos recursos, debió tener unas deficientes campanas que emitían sonido grave o “ronco”, de lo que deriva el dicho popular con el que se conocía a los bronqueños :
santa cruz de la cebolla
aceituna del canchal
el bronco, campanillo ronco y
paletos los de ahigal.””.
Esto fue hasta que la famosa y aun operativa fundición “Campanas Rivera” de Montehermoso, fabricó la actual que desde luego suena bien, es bonita y además tiene el honor de ser la primera catalogada en su registro, lleva fecha de 1858 y la siguiente inscripción. “Rivera Me Fecit Montehermoso Caceres”.
La TV de Extremadura, emitió un reportaje sobre
este taller, en el cual se resaltó que era la primera anotada en el libro.
Un saludo
Sixto Rivas
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DATOS E HISTORIA